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Adiós, con el corazón...

Después de 3 meses y pico (en concreto, desde el 1 de octubre), el viernes termino ya mi rotación por Cardiología. Y me apena, la verdad, marcharme de un sitio en el que me han tratado tan bien y en el que, creo, he aprendido mucho.

De entrada, la Cardiología es una especialidad que siempre me ha gustado mucho (de esas que hasta te llegas a plantear hacer en un futuro...) y, supongo, mi predisposición hacia la rotación era muy buena. ¿Me ha decepcionado? La verdad es que no, y eso que el Servicio de Cardiología de mi hospital no tiene ni mucho menos una actividad trepidante... ha habido días en los que me he aburrido bastante y, todos los días, me he quedado con "sabor a poco". Por suerte, he contado con una adjunta estupendísima (a todos los niveles) y muy entregada a su trabajo y a la docencia que, de los pocos pacientes que hemos ido teniendo, ha sacado todo el jugo posible.

Además, he aprendido mucho en lo que se refiere a exploraciones complementarias, que es donde he pasado la mayor parte de los días: Holter, MAPAs de tensión, pruebas de esfuerzo y, sobre todo, ecocardiogramas. Ahora solicitar y, sobre todo, interpretar esas pruebas, no me parece para nada complicado. Y, como digo, aunque el número total de pacientes llevados en planta ha sido algo bajo, y la patología vista poco variada, también creo que he aprendido mucho sobre el manejo de los pacientes cardiológicos y, de lo que se trataba: de aplicar todo lo aprendido a mis pacientes de Medicina Interna.  Espero que todo lo aprendido no se me olvide en las rotaciones que me quedan, y que cuando vuelva a "mi hogar" sea más autónoma en la toma de decisiones sobre estos pacientes y pida consejo a los especialistas en menos ocasiones.

Otra cosa que me ha gustado mucho, eso sí, es que todo el equipo es muy entregado y nunca dejan de tener en cuenta la visión global del enfermo. Eso, además de gustarme mucho, me ha permitido llevar la voz cantante en alguna ocasión o, al menos, dar mi opinión de no-cardióloga para temas no propios del corazón.

En fin, les echaré mucho de menos a todos, pero me voy con la sensación de los deberes hechos (bueno, sin olvidar que yo siempre creo que podría haber hecho mucho más...).

La semana que viene empiezo nueva rotación larga, en Neumología, especialidad que no me gusta prácticamente nada, así que espero poner todo de mi parte para cambiar de opinión y que el Servicio no me defraude.

Rotando

Después de 3 semanas que han dado para mucho (viajes, celebraciones, malas y buenas noticias...), mañana toca volver al trabajo. Y, como siempre y por suerte, no lo hago a desgana. Entendedme: estoy muy bien despertándome cuando quiero (aunque he madrugado todos los días), sin tener todo el día organizado y pudiendo hacer lo que me apetece (más o menos)... pero ya sabéis que mi trabajo me encanta, así que la vuelta no es nada traumática.

Eso sí, si antes de las vacaciones me pasé 3 largos meses en Neurología, ahora estaré hasta principios de año en el Servicio de Cardiología. Se supone que allí tengo que aprender muuuchas cosas y, sinceramente, espero hacerlo. Después de una primera rotación nada satisfactoria, voy con buenas vibraciones al nuevo Servicio donde espero que estén más predispuestos a enseñar y trabajar; de hecho, mis compañeros más mayores me han dicho que allí aprenderé mucho y me tratarán bien, así que cojo estos 3 meses con muchas ganas. Sólo me queda la espinita de no haber aprovechado estas semanas de descanso para repasar un poco de Cardiología pero, por una vez, me he tomado las vacaciones (casi) al pie de la letra.

Sobre mi rotación en Neurología, que no os comenté... bueno, me dejó un sabor agridulce. Por un lado es una especialidad que me gusta mucho y que, en su día, me planteé como opción. En ese sentido, si bien me ha gustado la teoría y estudiar en casa estos meses temas que tenía oxidados, me he dado cuenta de que la patología atendida en el hospital (que no difiere de la que yo misma trato en Urgencias o, a veces, en planta de Medicina Interna) es muy repetitiva y con pocos retos diagnósticos, así que si tuviera que dedicarme sólo a esta parcela de la Medicina... bueno, creo que me cansaría. Por otro lado, el más importante, me encontré con un Servicio muy poco motivado a la docencia y al trabajo: pocos pacientes a los que, además, apenas les sacaban jugo; consultas externas donde sólo se iba a charlar y poca medicina se hacía; horarios de trabajo muy reducidos con un montón de horas muertas, etc. Lo siento por el jefe de Servicio que, a mitad de la rotación me acogió: con él sí estuve muy bien, me explicaba muchas cosas y teníamos trabajo por hacer, pero eso no consiguió cambiar mi sensación de descontento y de que, estos 3 meses, podía haberlos aprovechado para otras cosas y estudiar la Neurología en casa por mi cuenta (que es lo que acabé haciendo).

Pero bueno, como he dicho, espero que esta dinámica cambie ahora y en enero acabe encantadísima con los cardiólogos. Es una especialidad que también hubiera elegido y que, si volviera a hacer el MIR, quizás me plantearía... pero veremos con qué me encuentro en realidad.

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